Reproducimos aquí esta presentación que hace el escritor Rafael Herrádez de la obra de Evelio Giusseppi- unos años atrás- porque expresa la visión de un artista que ha visto de primera mano la obra de Evelio y la describe dentro de una evolución que es evidente en la manera de crear una realidad más allá de lo cotidiano, pero ligada a la sensibilidad de un artista comprometido con su entorno...
Miguel de Cervantes Saavedra y Dante Alighieri viajaron, en sus obras, a parajes inciertos. A los insondables abismos del alma, el Dante y el otro, por medio del Quijote fue capaz de mostrar s las más terribles grietas psíquicas en la mente de los hombres.
Evelio Giusseppi, ha estado por momentos, en ambos lugares. Con el arte - como vehículo de las expresiones del espíritu – se pueden penetrar ambos senderos. Muy pocos logran estar allí. Estar - sin estar realmente - del otro lado de la cordura. Y estamos tocados de alguna forma, por algo sorprendente y mágico a la vez, para no llamarlo sobrenatural. Eso nos hace diferentes... Basta con observar las obras de Evelio, para darnos una idea de los mil caminos, todos arduos, por lo que ha transitado.
Un experto en psicología puede descubrir, en los trazos de un dibujante, huellas ocultas en lo más íntimo de su ser. Cicatrices hasta olvidadas para el artista pero que no pasan desapercibidas para un conocedor de la psicología (médica o artística).
Ser artista plástico y esto creo haberlo repetido más que ninguna otra frase en mi vida, es ser sincero consigo mismo y con las obras. También es capaz de ver más profundo que aquellos que no ejercen ninguna actividad creativa. Esto marca una profunda huella entre quien crea la obra y quien la admira.
Los trazos y colores en las obras primeras de Evelio Giusseppi, nos hablan de un joven lleno de ilusiones, ilusiones por la vida, por el arte, por el amor. Los azules, abundan en esta primera etapa .Tal vez predomine o perdure hasta el final. El azul es el color de la timidez, del amor, (según Paul Mariat), del cielo, de la inocencia, etc.
Los trazos, muchos de los que aún conserva, nos revelan un angustioso ¡Querer hacer! Un extraño nerviosismo creador que me obliga a compararlo con Van Gogh, Modigliani y Gauguin. No para la terrible y desesperante sensación de fracaso que experimentó el pintor holandés en todo cuanto realizó, ajeno al arte, no por aquel afán enfermizo de querer abrazar a la muerte que dominó a Modigliani, ni por querer producir una obra., netamente primitiva como en el caso del creador del Simbolismo, sino más bien por querer darse todo en una sola expresión… a veces, logra hacerlo.
Donde queda patente el gran conocimiento de Armonía y Composición que domina Evelio Giuseppe, es en la etapa de la espátula, la más rica - según mi opinión - !magno florecimiento de su carrera artística! Luego viene aquella pintura oscura, donde a simple vista, parece que todo regresa al principio. Su primer encuentro con Europa dejará su marca en él. Ver de tú a tú, las obras grandes del Prado en Madrid (España) lo sacude fuertemente. Siente la imperiosa necesidad de hacerse fuerte en el dibujo. Hay una renuncia casi total a los colores y toda una gama parda y negra envuelven sus pinturas.
Quizás en el fondo el artista presiente futuros y no lejanos embates que cambiarán su vida. “la expresión del cuerpo y el espíritu, son una válvula de escape para aliviar presiones". Vino el estallido, todo su odio, toda su impotencia y afán de persistir, están plasmadas en la serie dedicada a los 500 años del descubrimiento o encuentro de dos culturas. Todo eso la hace brutal, dura y cruel por su crudeza.
Desde un punto psicológico, era necesaria toda aquella explosión creativa, sin la cual, difícilmente habría logrado liberarse de los espectros del pasado reciente que lo martirizaban. El arte de pintar, como toda expresión creativa, es - como el verdadero teatro - una especie de catarsis que libera al hombre bueno que amarrado y escondido llevamos por dentro.
Algo grandioso hay allí, en las obras (por ahora) que Evelio le ha robado a su espíritu para - orgulloso - mostrárnoslas.
Hay un mayor dominio del espacio abierto en sus marinas. Esos rojos que nos muestran a un artista ya maduro, de gran envergadura que se acrecienta cada día que pasa. Estallidos de alegría (nuevos en él) en sus amarillos que nos revelan a un hombre sano psíquicamente. Y por último esos azules que desnudan su infantil timidez.
En lo tocante a la cultura plástica de Cagua, todo cuanto existe tiene que ver con la mente y obra de Evelio Giusseppi. Nos fundó un Museo que adolece de sede propia, por caprichos de algunos que, "teniendo el poder " para dictar órdenes, carecen de ética y sensibilidad para comprender las cosas del arte.
Un taller de arte libre, que he llamado en un artículo "la Cueva” por lo estrecho del lugar. Allí, en la cueva, pasamos largas y amenas horas de aprendizaje (cuando en Cagua se discutía, en gratas tertulias de arte) muchos de los que - queramos o no - estamos ligados a ese taller. Pintores que - como quien escribe - hemos ido marcando huella en la historia plástica que en la actualidad se escribe. Villenza Aragort, Elsa de Latouche, Nelson Pérez Tovar, José Caldas entre otros, como: Evelio José Giuseppe (hijo) quien también expondrá hoy sus trabajos en acrílico como un homenaje a ese Quijote que ha sabido ser con todos, maestro, amigo y hasta padre, abierto generosamente al diálogo.
A este joven artista que comienza, aunque lleva más de 10 años de trayectoria, lo llamo a la autoreflexión. Y sólo me limitaré a repetir lo que jamás debe olvidar "un verdadero artista es aquel que es sincero con sigo mismo y con su obra" (en el momento de la creación). Sólo así podrá crear obras verdaderas…
Evelio Giusseppi, ¡amigo mío y maestro! Cagua necesita que hombres como tú empuñen y no suelten jamás la espada de la justicia en este hermoso destino del arte que nos tocó vivir. ¡Somos guerreros..!
Tú dices ser un obrero del arte, porque el azul de la timidez envuelve tu ambiente y tu personalidad. Yo me atrevo a llamarte y me sumo a ello ¡guerrero del arte!
Porque estamos en Venezuela, en Cagua. Dónde - duélale a quien le duela - un voto político tiene más valor que una obra de arte o una actividad cultural. Como le comentaba unos días atrás a un colega de la literatura, la viva…
Una amiga exclamó "mientras estemos vivos no podemos aspirar al descanso. Ya habrá tiempo para ello, con la muerte…" Y nosotros los que pintamos, escribimos, nos damos al teatro, liberamos formas de una materia sólida o arrancamos melodías al viento, no podemos, menos que nadie, descansar ahora…
Con el rescate de la Casa Guipuzcoana creímos haber descansado, pues las obras del Museo que nos duele, tendrían un lugar mejor. Ahora, todas las ideas (ajenas al Museo) son alojadas en ese recinto colonial. Y este continúa sin sede.
Sigue caminando amigo, sigue dejando huellas, la historia, ya te alcanzó. ¡Gloria a Dios!
Rafael Herrádez
Cagua, noviembre de 1995.
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Evelio Giusseppi frente a su obra.
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Evelio Giusseppi. 2018 |
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Evelio Giusseppi en su taller. |
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Evelio Giusseppi en taller de arte. |