Con fecha del 28 octubre de
1992 circuló en Cagua, municipio Sucre del estado Aragua, una edición especial
del semanario El Tabloide, titulada “Cagua aquí y ahora” que destacó aspectos
como la educación, la cultura, el deporte, la salud y la política, medios de
comunicación social y la economía, entre otros, que conforman el perfil de esta
población.
En este sentido, es
interesante el artículo insertado en esta edición, del escritor Samuel Eduardo
Qüenza titulado “También la pluma y la paleta tienen en Cagua manos que las
guíen”. En síntesis, el autor aborda subtemas como “los huéspedes ilustres” que
ha tenido Cagua en los últimos años; “el primer cronista” de la ciudad, Sótero
Arteaga Miguelena, la “presencia de la mujer” en el arte y la cultura de Cagua;
las “instituciones al servicio de la cultura” y “los pioneros” que de alguna
manera dieron impulso al ámbito cultural del terruño, así como los medios de
comunicación locales. De manera especial hace referencia a tres hombres que hicieron
de Cagua motivo y escenario de lucha a favor del desarrollo cultural de la
“ciudad hospitalaria” de Aragua. Esta parte hemos preferido citarla
textualmente en esta entrega, por cuanto se refiere a uno de los pilares de las
artes y la cultura regional y nacional como es Evelio Giusseppi Flores.
“Durante la década de los años setenta, pese a los obstáculos que al trabajar por el desarrollo cultural suelen aparecer cuando no existe una larga tradición de actos coordinada y encauzada hacia el fomento de las artes y de las letras en una comunidad, fue posible poner en marcha en Cagua algunas iniciativas y cumplir importantes tareas de carácter cultural.
Un acontecimiento, aparentemente circunstancial, como fue la llegada del pintor victoriano Evelio Giusseppi a la ciudad, se constituyó en el punto de partida de esa acción sistematizada, realizada en forma espontánea con escasa ayuda oficial y liderada consecuentemente por el doctor José Gil Botello, el periodista y pintor Jorge R. Gómez y el nombrado artista plástico que, desde La Victoria, y después de un fugaz paso por Caracas, llegó en 1973 a Cagua. Desde entonces, los intereses coincidentes de estos tres hombres, a quien debe mucho la comunidad, los hicieron casi inseparables luchadores por el desarrollo cultural integral de la población. Fueron en ese logro los tres mosqueteros de la cultura en Cagua.
El Taller de Arte libre de Cagua, la formación de jóvenes pintores, la realización de las bienales de pintura, la creación del Museo de Arte e Historia de Cagua, entre otras realizaciones importantes, están de alguna manera vinculadas al esfuerzo estimulador de este trío de trabajadores por la cultura que actuaron sin recibir sueldo por el trabajo realizado”.
El texto citado es un
testimonio de la relevancia que tiene Evelio Giusseppi para la Cultura de
Cagua, como patrimonio viviente de Aragua.
Fotos: Archivo Evelio Giusseppi.
Fuente
Cagua aquí y ahora. Especial de El Tabloide (pp. 16-18) Cagua 1992.
Sotero Arteaga, cronista de Cagua, Carmen Jiménez,
Dr. Gil
Botello, Evelio Giusseppi y Jorge Gómez Blanco.
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Dr. José R. Gil Botello (1928-2016). Foto tomada de Facebook. 2017. |